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Por qué hay más divorcios después del verano

By 23 octubre, 2018Divorcio exprés

¿Por qué hay más divorcios después del verano?

Datos del Instituto Nacional de Estadísticas indican que España es el tercer país europeo, tras Portugal y también Italia, donde más ha aumentado la tasa de divorcios en la última década. Además, es el país donde los matrimonios se alargan más tiempo, una media de trece con ocho años. El mes pues que escogen las parejas con una mayor frecuencia para acabar con la relación es septiembre, con ligeros repuntes tras la Navidad y Semana Santa.

«Dicen que el roce hace el cariño, pero a veces es después de largos periodos de intimidad cuando una pareja se desgasta o se rompe»

La rutina

El verano es el periodo vacacional con más tiempo de relax y unión con la pareja. No obstante, es exactamente el verano el instante que supone más riesgos para su estabilidad. “Muchas de las parejas fundamentan su vida en una rutina bastante rigurosa y cerrada en función a los horarios laborales, de formación, ocio, cuidado de los hijos, relaciones sociales, etc.. No han tenido enfrentamientos, puesto que al estar su vida tan “cerrada” y “aceptada” no tenían apenas motivos, tiempo y energía para ello. El inconveniente es que las pequeñas disconformidades se van amontonando y cuando se rompe esta rutina en verano,  se dispara el nivel de conflictos”.

¿Por qué razón nos apartamos?

La causa se puede ser la mezcla explosiva de ansia de independencia y egoísmo a la que hay que sumar nuestra escasa predisposición al esmero. «Lo queremos todo YA, fácil y bonito. No estamos dispuestos a enfrentarnos por algo que no nos reporta satisfacción inmediata. «Ser independiente estaría sensacional si serlo fuera posible, pero somos humanos y precisamos del cariño del resto».

En el año 1981 se aprobó la ley del divorcio y desde ese momento se han registrado más de 3 millones de roturas maritales. Los divorciados ya representan el 6% de la población adulta de España y, prácticamente una tercera parte de las ciento veinticinco mil demandas de separación o bien divorcio que se interponen de año en año en este país tienen sitio tras las vacaciones veraniegas.

 

¿De qué manera se puede revertir esta situación?

 Es fundamental dedicar tiempo a examinar qué falla y buscar una solución acorde a los intereses de los dos. Es esencial aplicar técnicas que son de mucha ayuda para aprender a conocernos mejor y a expresar con asertividad nuestros pensamientos.

Si no fuera posible una reconciliación y los dos tomáis la resolución de encarar un proceso de separación, lo idóneo es buscar un despacho de abogados maritales que vele por vuestros intereses y también procuréis llegar a un pacto en todas y cada una de las resoluciones y consecuencias derivadas de la separación.

 

Cuando la separación es ineludible

Si habéis decidido empezar los trámites para la separación, debéis tomar en consideración diferentes aspectos. El primero es la diferencia entre separación y divorcio. Mientras que el primero de ellos suspende la vida en común de los cónyuges si bien prosiguen siendo marido y mujer, el divorcio disuelve claramente el vínculo del matrimonio. En cualquiera de los 2 casos, el procedimiento puede ser amistoso si existe el pacto de las partes o bien contencioso, lo que requerirá que un juez dicte sentencia.

La solución más veloz y económica viene de la mano de una de las múltiples novedades que introdujo la ley 15/2015, de 2 de julio, de Jurisdicción Voluntaria, que deja que los cónyuges puedan separarse/divorciarse de acuerdo mutuo acudiendo al notario mediante la firma de una escritura que recoja el convenio regulador, siempre que no existan hijos menores o bien con la capacidad modificada judicialmente.

En el caso de las separaciones o bien divorcios judiciales, el procedimiento asimismo puede resultar rápido, fácil y económico si se hace de forma amistosa. Es suficiente con la presentación en el juzgado de la demanda y el Convenio Regulador, que debe contar con el visto bueno del Ministerio Fiscal en el caso de existir hijos menores o bien incapacitados, a fin de que después el Juez dicte sentencia dictaminando la separación o bien el divorcio.

Para finalizar, toda vez que no se llegue a un pacto entre los cónyuges, la separación o bien el divorcio se hará por medio de un procedimiento contencioso. En un caso así, la demanda va a ser presentada por una sola de las partes sin propuesta de acuerdo y se gestionará por los cauces del juicio verbal. Este procedimiento es más largo y costoso, puesto que la demanda habrá de ser presentada al otro cónyuge y fijarse fecha para la vista frente al Juez, debiendo comparecer los dos cónyuges así como sus abogados y procuradores.

En todo caso, asistir a abogados profesionales cualificados, siempre y en toda circunstancia es el paso inicial cuando se haya tomado la siempre difícil decisión de separarse/divorciarse, para encontrar la mejor solución.

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