El gobierno alemán obligará al Grupo Volkswagen a la inspección de 8,5 millones de vehículos en toda la Unión Europea, donde se encuentran los cerca de 11 millones de coches que llevan el software fraudulento en todo el mundo. El proceso podría durar hasta un año
La llamada a revisión fue anunciada después de que la Oficina Federal de Vehículos Motorizados (KBA) rechazara su plan y exigiera una revisión general. Horas después, Volkswagen divulgó una carta del consejero delegado del grupo, Matthias Müller, al ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt. “Volkswagen está viviendo una época muy difícil. Con la decisión de la Oficina Federal de Vehículos Motorizados se abre un camino para lograr una acción común y concertada en todos los Estados miembros de la Unión Europea”, señaló el nuevo consejero delegado de Volkswagen.
“Esta medida pretende favorecer los intereses de los clientes y recuperar la confianza perdida”, añade. En la carta dirigida al ministro de Transportes, Müller reitera que el grupo presentará con todos los detalles posibles, a finales de noviembre, “la ejecución técnica de las medidas propuestas”.
Volkswagen señaló también que se encargará de contactar e informar directamente a los propietarios de los coches afectados, que pueden comprobar si su vehículo lleva el dispositivo, visitando la página de la empresa.
En la mañana de ayer, día 15 de octubre, horas antes de que la compañía anunciara la masiva llamada a revisión que planea realizar casi un mes después de que se destapara el mayor escándalo de la historia de Volkswagen, la KBA ya había solicitado a la empresa la revisión de los 2,4 millones de automóviles afectados que circulan por las carreteras y autopistas alemanas. Los coches están equipados con motores diésel y un sofisticado dispositivo ilegal que les permitía disminuir los niveles de emisiones contaminantes cuando eran sometidos a controles.
“Estamos pidiendo que los revisen” dijo un portavoz del organismo federal confirmando una información de la prensa nacional alemana. La drástica medida exigida por las autoridades fue confirmada por el ministro de Transportes, Alexander Dobrindt, quien dijo que la llamada a revisión debía llevarse a cabo. El ministro aseguró que los coches afectados podían seguir circulando y añadió que la revisión comenzaría a principios del año 2016